Una pintura rupestre es todo dibujo o boceto prehistórico que existe en algunas rocas o cavernas. El término «rupestre» deriva del latín rupestris, y éste de rupes
(roca). De modo que, en un sentido estricto, rupestre haría referencia a
actividad humana sobre las paredes de cavernas, covachas, abrigos rocosos...
En las pinturas rupestres del Paleolítico se simbolizan animales y
líneas. En el Neolítico se representaban animales, seres humanos, el
medio ambiente y manos, representando además el comportamiento habitual
de las colectividades y su interacción con las criaturas del entorno y
sus deidades. Entre las principales figuras presentes en estos grafos
encontramos imágenes de bisontes, caballos, mamuts, ciervos y renos,
aunque las marcas de manos también ocupan un porcentaje importante.
Frecuentemente se muestran animales heridos con flechas. Los motivos y
los materiales con que fueron elaboradas las distintas pinturas
rupestres son muy similares entre sí, a pesar de los miles de kilómetros
de distancia y miles de años en el tiempo. Todos los grupos humanos que
dependían de la caza y recolección de frutos efectuaron este tipo de
trabajo pictórico.