La telefonía de primera generación
empezaba con Ericsson en 1981 (Nordic Mobile Telephony 450 MHz).
Por aquel entonces se podían ver a individuos andando por la calle
con lo que parecía ser un maletín, y como no, el personaje Zack de
“Salvados por la Campana” con su inseparable celular. Aquellos
primeros artilujios pesados (tranquilamente de unos 800 gramos),
aparatosos y nada cómodos de transportar de un lado a otro
consiguieron evolucionar hasta los ya comentados móviles-mando a
distancia. Dispositivos que podían conectarse a redes móviles, de
baterias limitadas, y funciones únicas de recepción/realización de
llamadas. El dispositivo que tengo en mente un Nokia con servicio
“Mobiline” similar al 2110. Las tarjetas SIM eran aún ideas del
futuro (curioso pues disponíamos de tarjetas telefónicas con
chip integrado). Y es que en la mente de todo individuo las
cabinas telefónicas eran el único salvavidas comunicativo
cuando uno se desplazaba fuera del hogar doméstico. Recintos
cerrados y acristalados a través de los cuales realizar
llamadas de emergencia. Porque si uno lo piensa detenidamente, hablar
con los amigos y la familia era algo más propio dentro del hogar o
colgado a la linea telefónica de la empresa en la que uno trabajase.
A las “Telefonica” solo les faltaba el logotipo SALVAVIDAS
para reclamar su cariño y atención. Y estaban por todas partes, por
doquier, algo que hoy en día está tendiendo a su desaparición, o
más bien al desuso debido a su concepto y utilidad arcaicos y
desfasados.