La
pólvora fue descubierta por casualidad por antiguos alquimistas
taoístas durante la Dinastía Han del Este (25-220) en busca de
fórmulas magistrales que les hiciera poseedores del elixir de la
inmortalidad, aunque nunca la utilizaron como un arma de guerra. Más
tarde, la gente usó esta fórmula para elaborar pólvora en grandes
cantidades y se le dio el nombre de “la medicina del fuego”. Tras
esto, la pólvora comenzó a usarse en muchas y variadas áreas, por
ejemplo, en la confección de petardos, fuegos artificiales y
bengalas para hacer señales, se inventaron las armas que usaban la
pólvora como munición hecha de una combinación de salitre y azufre
con carbón y comenzó a usarse en la guerra